Cuaderno de bitácora 13. Año estelar 2015, día 286.
Vuelvo al café a dosis casi habituales antes del Armagedón. Hoy vamos por el cuarto del día, y tan sólo con el almuerzo. Sigo sin poder salir a correr, pero voy a poner coto a tales desmanes, y me voy a obligar a hacerlo al precio que cueste.
Todo se simplifica en lo cotidiano, con la misma guerra sucia que tanto daño ha hecho a este mundo, aunque sigue el tráfago y las ocupaciones y las preocupaciones. Las semanas se estiran durante meses, y no hay paz para los malditos. No obstante, tras el apagón pasado, se empieza a ver una salida, no la que me gustaría, no la que nos trajo hasta aquí. Batirse va de oficio.
En lo personal sigue todo a oscuras. El norte se perdió hace tanto tiempo que ahora es la indolencia, la desgana, la costumbre la que mueve todo, con la esperanza de que un día salga el sol por Antequera.