Se acerca el fin de 2015, se acerca el invierno como dicen los Stark, y se me acerca el momento de enumerar las 10 canciones de 2015. No es mi mejor momento, no es el estado ideal para decidir que 10 canciones han marcado el año, son momentos de honda emoción para Buttercup. Con todos los cambios que este han habido en mi vida, con toda la decepción que ha caído como una tormenta cruel, desaforada, inmisericorde, con ese desahucio terrible que ha agotado todas las fuentes de esperanza.
Aun así, tenemos nuestra lista (que este año no viene sola).
- Necesito un país. Ahí empezó todo.
- Una noche de verano. Busqué como loco a Benedetti en sus pupilas, pero encontré a Albertí con la paloma equivocada
- Todo lo que nunca hice bien me llevó a donde estoy, tan lejos de ti mientras estoy a tu lado.
- Maldita dulzura. Vetusta siempre acaricia los corazones, siempre inyecta una dosis de esperanza para llegar a la noche y poder esconderse
- Apenas sé nada de la vida. Cada día me doy más cuenta de que «el cansino» tiene razón, y además ni siquiera sé escribir sonetos.
- Si ella me faltara alguna vez. La comunión de las voces, ese momento en que la música son sentimientos puros. Lástima de muchas otras cosas.
- No encuentro a Samuel. Quique te echa un cable, casi te sube la moral esas ganas de partirle la cara al mundo o morir en el intento.
- Del amor en general y de ti en particular. Llevo todo un blog dedicado al amor y a ti, por qué no una canción con estos dos monstruos.
- Malditos domingos. No será una canción, pero sí un estado de ánimo.
- Sunset Boulevard. Esta canción siempre me pone triste.
No son todas las que están, ni están las que son, pero había que elegir. Uno siempre puede recurrir a mis canciones de amor para tiempos difíciles, para olvidarte, que suelen ser una versión extendida, vital, atemporal, de todo lo que siento.