Desde que no nos vemos

en

no sé ni donde vivo.
Ahora que soy alcalde de este mi pueblo (en realidad mi noble, dos veces leal y heroica ciudad) me vida ha cambiado demasiado. No sé si a mejor o a peor, pero voy loco. Inmerso en mis fiestas patronales, estoy en una vorágina que acabará la semana que viene, y con una oposición vacía y menguada, vil y cobarde, que está poniendo en evidencia sus vergüenzas.

Lo siento, a veces no puedo estar con vostros todo lo que quiero, pero dije que encerré mis sueños para embarcarme en esta odisea, en este viaje inacabado e inacabable, y mi olvido no deja de recordarte, aunque en mis sueños te sueñe y te preocupes por mí y me lances SOS y yo no pueda acudir en tu ayuda. Estoy dejando de ser yo, estoy dejando de quererte.

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