Al respirar…

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Un día más en la cuenta de mi particular rosario. Muy perdido personalmente, emocionalmente. Muy vacío. Muy echando de menos algo que todavía no tengo claro, con todos los miedos a flor de piel, de tanto caminar con los ojos vendados en el alambre tendido sobre el oscuro abismo al que me abocas. Sin saber si eres tú o no lo eres. O si al final del cuento es que soy yo.

Y sí, sí que es verdad. Esto se cura con 6 tequilas y una noche en Las Vegas, pero ya ni eso.

Sólo me queda correr de la mano de Luis Ramiro y echarte de menos. O de más.

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