Ahora que robo un quesito de tiempo al reloj, no sé qué decir. Porque quería escribirte a ti, a quien decepcioné, y a ti, que me decepcionaste. A ti, a quien di vida y media, y a ti que me ni me diste media noche. Porque no saben de ti, porque debo volver a quererte aunque no me salga, porque mi amor viaja en la dirección errónea y el corazón está ciego o ebrio o vaya usted a saber. Y nunca tuve una noche a solas contigo, y todas las que duermo a tu lado las desperdicio soñando contigo. Porque te dije que tú no eras tú sino otra, y que me equivoqué contigo y debí haberme alejado de ti y me equivoqué porque valías todo lo que nunca te di. Porque tú eres tú y no lo eres, eres otra y sois dos y yo no soy nada ni nadie. Ojalá no fuese nadie, ojalá me perdiese en un lugar donde el frío y la lluvia me hicieran buscar el calor, la luz, la lumbre de tu corazón.