Se busca vida,
no importa si está usada o abusada.
Importante que tenga un hueco acogedor,
libre de corrientes y humedades,
en el que quepan dos libros
y tenga enchufe.
Sirve también
isla desierta de dos plazas
con cocoteros y arroyo canónicos
de islas desiertas.
Se valorarán aptitudes intangibles,
como cerrar los ojos al sol,
musitar a Benedetti,
perpetrar a Luis, Andrés, Maru y los demás.
Imprescindible zahorí de esperanzas,
o unos Stanley y Livingstone
que persigan y encuentren las fuentes de esperanza
cuya cartografía se perdió
en el último incendio.
Equipaje mínimo:
almohada, cuchara y percha,
aunque prescindible
si duermo entre tu pecho y tus brazos,
si como de tus ojos
si me cuelgo de tu risa.
Dejo mis señas en la calle Preciados esquina Melancolía
escritas en un billete de 7 euros
con la esperanza que llegue a buenas manos
y mejor corazón.
O viceversa.