¿qué me dirías
si llamase
a la puerta de tu casa
y mendigara
un minuto de tu vida,
casi sin conocerte?
¿Qué me dirías?
¿Qué te diría?
No lo sé.
Quizá te diría
que añoro tu risa
sin oírla,
tu cuerpo sin abrazarlo,
tus lágrimas
sin beberlas.
O te diría
que no soy nada,
contigo ni sin ti,
pero que puestos a ser nada
prefiero serlo contigo,
con tu cuerpo enroscado en mi cuerpo,
y tu calor
y tu risa
y tu esperanza
dibujando mariposas en mi espalda,
cosiendo a besos
las cicatrices del alma,
que muere por no besarte
noche tras noche.