Ya lo sabía. Tenía una certeza absoluta, y lo esperaba. Me decepciona más si cabe, porque no creía que cupiese tanta cobardía, tanta falsedad. Pero es lo que hay.
Se acerca el invierno, siempre intento ser amigo de mis amigos, amable con la gente y educado con mis enemigos, pese a que hay unos cuantos que están marcados de manera especial, y tendré que seguir las instrucciones, no el sentido común.
Puede que pronto todo empiece a liarse, y tenga que usar manuales, hacer lo correcto y lo canónico y aportar creatividad y frescura. Si vierais lo que leo, da miedo. Pero es que hay que prepararse, el éxito en la vida no puede confiarse a la suerte.
Y esa persona… lo ha demostrado absolutamente todo, antes de lo esperado, y por mucho menos de 30 monedas. Y en fin, no quiero hablar de independencia, humildad, ambición, servicio, coherencia y otras virtudes que valoro, que a mi manera mido y de las que a veces no encuentro ni rastro.
Hoy no estoy inspirado, lo dejo. Pero es que me canso de tener razón siempre, sobre todo para lo malo.