Aunque no lo consigo. La vida lo está diluyendo todo, todo va perdiendo poco a poco importancia, solidez, y el vacío se adueña de mi vida paulatinamente. Ayer, leyendo a Carlos Fuentes, decía en alguna frase que es más fácil subir que mantenerse, porque en cierta medida la necesidad de mejorar es muy potente, pero una vez alcanzado un equilibrio desparecen muchos de los motivos para pelear, mucha de la necesidad.
llevo demasiadas cosas a cuestas,profesionales, sociales y vitales. Lo que el alma me pide, no sé si es lo correcto, es soltar lastre, abandonarme un poco. Empezar de cero.
Pero la tormenta no amaina, sigue arreciando. Las esperanzas puestas en funciones o personas se han desvanecido dolorosamente, y todo ha dejado de tener sentido. Todo menos las obligaciones, que son demasiadas.
Si no fuera por ciertos detalles, vergonzantes por otra parte, me iría a otro país, a otra cultura civilizada donde languidecer conmigo mismo. Pero ahora mismo tampoco puedo, por motivos puramente personales, emocionales.
La tarea de ablandar el ladrillo.