Ayer fui de boda

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Ayer me acosté a las 5 de la mañana, aunque sin la necesaria intoxicación etílica que debe acompañar a tales.efectos. Eso sí: me lo pasé de muerte, simplemente porque estaba en la compañía de la gente adecuada. Hacía muchos años que no ocurría.

Y el viernes fue el concierto. Extraño, agridulce. No me gustó tanto como el primero, y me encontré fuera de lugar y vacío, sin que los rostros llegaran a cobrar sentido en toda la noche. Me entró la tristeza, volví a echarte de menos.

Luego estuve con Reyes, María y los demás, y estuvo bien, aunque la tristeza y la melancolía seguía allí, porque las cosas nunca salen como esperábamos. Ni bien ni mal, simplemente no como nos gustaría.

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