Un día más que terrible, con todos los frentes abiertos (incluida Rusia, y recuerda: «nunca marches sobre Moscú»), así que esta semana no voy a llegar a todo. La agenda, que estaba completamente vacía esta mañana, ha acabado repleta hasta el viernes, complicándolo todo. Pero mucho, mucho. Y en mi mente, además, no paran de dar vuelta unas ideas a modo de despedida. Pero me falta valor. Igual que me faltan tantas cosas, y me sobran 6 tequilas.
Noche toledana, sin poder dormir, hostigado por todo y por todos y por todas partes. Intentando borrar de mi mente las señales erróneas y tratando de meter en la base de datos todo aquello que justifica olvidarte. Sin ti a mi lado.
A cambio, iré este viernes a ver a Luis Ramiro, y ya tengo entradas para Andrés Suárez en noviembre (éste me ha hecho flaquear), y me he apuntado más conciertos directos al corazón en la agenda hasta noviembre. De ésos que encienden las alarmas y las luces rojas: ya os dije que las cosas no andan bien, y en estos momentos estoy casi de retirada. Con los indicadores de esperanza a cero.