Mañana se inaugura solemnemente el curso en la universidad. Es ese acto en el que uno se viste académicamente y todo eso. Este año no voy, ya iré el año que viene. Me quedaré en casa a no hacer nada, para variar.
Hoy, tras un monumental atasco, he llegado tarde a mi reunión de las 10, y he pasado por mi antigua casa. He recorrido calles y lugares, usos y costumbres de hace tiempo, cuando el futuro era un abanico abierto y quedaba algo de esperanza.
Ahora mismo, estoy tratando de blindar mi corazón algo más y de seguir caminando en esta tenebrosa oscuridad, asumiendo que ello no implica ver la luz. Tengo que alejarme de ciertas personas tóxicas.
Nos vemos el lunes, o algo mejor.