Me había propuesto escribir algo bonito, profundo. Algo acerca de la vida, del amor, del pasado. Pero no he podido. Demasiada realidad a mi alrededor imponiendo la tiranía de lo urgente.
Supongo que será estrés o inmadurez, pero me he quedado sin ganas. Me he quedado sin ganas de huir a algún país del norte, a alguna cuidad civilizada. Me he quedado sin ganas de buscarte y de encontrarte, sin ganas de huirte y huirme contigo y conmigo, de ponerte cara y de escribir en tu espalda. Sin ganas de pelear por los sueños y las ilusiones, solo o en tu compañía. No tengo ganas de amar ni de querer, no quiero más dolor, más decepciones, más derrotas sordas que rumiar en la oscuridad.
Necesito algo, pero cada vez sé menos lo que es, no sé si necesito poesía, vicio, olvido o guerra. Y lo peor de todo es que no tengo ganas de averiguarlo.