Es algo extraño

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Parece mentira lo mal que está mi cabeza. No hay manera de motivarme, de aclararme. De saber qué o a quién busco, qué o a quién espero. Lo que está meridianamente claro es que me suelo equivocar demasiado, y confundo las señales que me indican el camino. Acabo proyectando mis propias esperanzas sobre fantasmas que acaban siendo, en el mejor de los casos, fantasmas contra los que estrello mis frustraciones y mis fuerzas. En el peor de los casos, horribles parásitos que me vacían por dentro.

Supongo que este estado final es un poco culpa de eso: un vacío interior por esperar encontrar algo en el afloramiento equivocado, y dedicar todo mi caudal a excavar un pozo donde nada hubo, donde sólo había vacuidad y futilidad y superficialidad.

Este verano se plantea inútil para arreglar nada, no me veo yo ni feliz ni descansado ni de ninguna manera.

Ayer terminé esta botella (que me suelen durar entre 2 y 3 años), y tengo dos en la recámara. Buscando alguien con quien compartir estos pequeños placeres: whiskys raros, películas raras, música melancólica y libros de siempre, en interminables noches donde todo es posible.

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