Cuando era joven soñaba que, después de todo ese esfuerzo, sacrificio, llegaría a ser mayo y entonces sería libre, haría lo que quisiera.
Ahora ya no soy tan joven, aunque me sigo sintiendo así, pero no hay manera de hacer lo que yo quiero, de ser independiente. Soy responsable de tantas cosas, hay tanto que depende de mí que vivo esclavo, prisionero de mi vida adulta. No puedo dedicarme a lo que me gusta, en parte por imposición, en parte porque no sé hacerlo.
Así que de vez en cuando no puedo comer ni dormir, y sueño que huyo en largos trenes que escapan hacia el norte. Bueno, en realidad sueño que sigo trabajando, que es peor.