Tengo un plan
para acariciarte el corazón.
Sé que es un plan inútil,
baldío, fútil…
pero no tengo ya otro cartucho.
Mi plan no es nada elaborado:
abrir mi corazón
y caminar hacia tus líneas,
detener las balas con mi pecho
y esperar a que no acierten.
Ya sé que no es un buen plan,
y sé que no deseas mis caricias en tu corazón,
pero no tengo otra opción;
no quiero quedarme en casa
llorando por ti sin dar batalla.
Tengo un plan:
decirte que te amo,
aunque no estés
y no escuches
y no me ames.