Es el lema de los marines de EEUU, abreviatura en latín de Semper fidelis. Curioso que esas lenguas bárbaras tengan al latín en un altar mayor que nosotros, que somos hijastros más que hijos.
Siempre fiel, siempre leal. Que siempre guarda fe, o es constante en sus afectos, en el cumplimiento de sus obligaciones y no defrauda la confianza depositada en él, que guarda a alguien o algo la debida fidelidad, según la RAE.
Y me canso de ser fiel, de ser leal. De cumplir con mis obligaciones con los demás, y conmigo mismo, incluso más allá de lo que se puede exigir. Estoy agotado de ser correcto, aburrido de ser fiel y leal a mis principios, que me han arrastrado hasta aquí. Preso en mi propia trampa, feliz en mi aburrimiento.
Tan sólo quiero paz. Perderme y no preocuparme. Despertarme al lado de alguien y ser feliz, sentirme completo, tranquilo, pleno. Pido la paz, aunque sólo me quede la palabra.
Y reconozco que el problema es mío, está en mi interior. En no querer aceptar que el mundo es así y no está tan mal, siempre con mi síndrome de Peter Pan, que se niega a crecer, a comprometerse, que sólo quiere jugar un poco más. menudo problema, con la que está cayendo, ¿verdad? A veces me doy vergüenza.