De lo urgente y lo importante

en

Hoy he vuelto a mi trabajo, tras 12 días de vacaciones en los que traté de desconectar, de postergar inútilmente los incontables volquetes de desesperanza que se vierten día tras día en el vertedero de mi corazón. Y hoy el aterrizaje ha sido tan placentero como doloroso.

Se me acaba el día, y tan sólo en los viajes de ida y vuelta he podido pensar, poco y mal. Me preocupa mi estado, cada día más abúlico y desganado. Cada día con menos ganas de pelear por mi vida, por mi felicidad, por mis sueños. pensando que todo da igual, que no puedo cambiar nada, que la mujer de mis sueños será inexorablemente la de mis pesadillas.

La palabra sería vencido, si no fuese tan cobarde como para no admitirlo. Ya no quiero ni arreglar el karma, estoy en esas épocas en que nada sirve de nada. Necesito seda y hierro, y poder cerrar los ojos en paz. Para bien y para mal.