Me despido de ti por un tiempo. Poco, espero. Gracias por leerme, por estar ahí. Significa mucho más de lo que crees, te lo aseguro.
Voy a intentar reordenarme un poco. Reordenarlo todo. Hacer todo lo que ya no puedo hacer: dormir, ver la tele, leer, soñar, escribir, hablar largo y tendido con el amigo desconocido.
Me quedan varios temas pendientes, sobre todo Berkeley. La cosa pinta mal, ahora que me había decidido. Espero poder acabar con ellos estas Pascuas, no sea que vayan a acabar conmigo.
Y poco más: espero tus preguntas, tus correos, tu conversación. Te espero. Aunque tú no lo sepas.