Alguien me ha dado un puñetazo, he caído y estoy sentado sobre la lona. Alguien me habla, me dice cosas, pero no lo entiendo. La realidad me rodea a cámara lenta, no tengo una noción clara de qué está pasando,cómo he llegado hasta aquí, qué va a pasar. Qué tengo que hacer ahora.
Aquí sigo, esperando las sales que me dé el médico, esperando que mi cerebro, mi maltrecho y ajado y desfallecido cerebro, vuelva a recuperar los caminos neuronales que le permitan tomar alguna decisión, retomar la iniciativa.