De vez en cuando siento que, en determinados asuntos, he perdido la objetividad. Tengo demasiados prejuicios como para estar capacitado para manejar algo. He perdido el norte. Puede que ya haya demasiada pasión en algún movimiento. Igual es momento de dejarlo, no puedo garantizar que mis decisiones sean las óptimas.
Ya veremos qué pasa.