Intenciones vitales

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Cada vez que me asomo al abismo me reinvento para poder seguir levantándome todas las mañanas. Y no es otra cosa la que me ayuda sino la rabia, el odio. Las ganas de demostrarle a quien no me merece, a quien me ignora, a quien no confía en mí, a quien me denuesta o desprecia, que se equivoca. Peleo para que, dentro de algún tiempo, se arrepienta de todo lo que que hizo o no hizo conmigo.

Huyo hacia adelante, pero también odio hacia adelante.