Tengo que escribirle en la espalda «vuelve» para que se quede a un beso de mí. Y se marchó pidiéndome que no volviera. Pero volví, y nadie ya sabía de ella. Y el corazón me arde.
Tengo que escribirle en la espalda «vuelve» para que se quede a un beso de mí. Y se marchó pidiéndome que no volviera. Pero volví, y nadie ya sabía de ella. Y el corazón me arde.