¡Que llegue el fin del mundo ya!

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¿Para qué esperar al 21 de diciembre? (Qué,por cierto, me pillará en la universidad, para variar).

Robo 5 minutos para decir que estoy vivo, coleando y atacado. Con la agenda repleta de citas en color rojo pasión, verde y azul, y con ganas de olvidarme de todo, sobre todo de la pasta, que se escapa como lágrimas bajo la lluvia.

Y estas Navidades tengo que crear de la nada un asignatura de 3º de guías de ondas, líneas de transmisión y antenas. Y tendría que hacer algo con mi currículum. Y no me quedan ganas. Lo único que me queda son tablas, experiencia abase de golpes y errores que me dice que hay que huir hacia adelante, que el día que te paras es el día que pierdes. Por eso corro.

Y hablando de correr: va a hacer dos semanas que no tengo ni tiempo para salir a correr, y necesito quemar odio, preocupaciones, mala leche, azúcar y colesterol.

Pese a todo, seguimos adelante. Ánimo.