Demasiadas veces

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Esta semana voy loco, con demasiadas preocupaciones, demasiado trabajo y tan pocas ganas. Siento que no llego a todo y, principalmente en mi departamento, la cosa empieza a preocuparme porque no funciona como me gustaría, como creo que debe funcionar cualquier cosa pública.

Hoy llevo todo el día con un nudo en el estómago de nervios, de todos los marrones que salen y salen y los matas como los malos en SuperMarioBros, que no se acaban nunca. Nervios y mala leche y cuatro con mala baba que te amargan el día. No os podéis creer que me acuesto y empiezo a pensar en lo que tengo para el otro día y no paro de decir para mis adentros: «Mierda» por cada una de las cosas que requieren mi atención. Y lo mismo por la mañana: telediario, café, yogur y repaso a todo lo que me va a caer dentro de las previsiones, aunque lo imprevisto ya no te sorprende. Hay que prever los imponderables.

Y eso que no se ve mi interior. Como dice AntonioJ, es mentira toda esta negrura que transmito, porque no se podría vivir así. Como le digo yo AntonioJ, es mi válvula de escape; si no, no podría vivir así. Por dentro doy miedo, ya no sé si de roto o de vacío.

Llega un mal fin de semana.

Regalo de los IEEE, Rober, Adrián y Dani
Regalo de los IEEE, Rober, Adrián y Dani. Burdel King