Estoy jodidamente mayor, cansado, casado, extenuado, esparcido, desmotivado, solo.
Acabo de ver «Cuando éramos soldados«, y me ha venido a la cabeza esa capacidad que a veces nos aflora de no hundirnos, de resistir porque es nuestra obligación, pese a estar vacío por dentro, hueco, desvencijado. Y pese a todo aguantas y resistes porque es tu deber, tu obligación, lo que todos esperan de ti. Lo que debes hacer.
«Pero a pesar de todo me alegro de verte»
Me duele la piel de estar en tu espalda
Me duele la risa de usarla en la playa
Que mira la vida contigo mojada
Me duele el reloj, ya se que se acabaNo acabes amor, que empieza la duda
Nos queda un colchón de salitre y cura
Por manta un avión con alas de luna
Sonríen los dos, le escribe en la nucaSomos dos notas comunes
En un jardín de tu barrio
Soy una especie de colgado, colgadoSomos el norte y el este al sur de piedras y charcos
Somos dos locos, enamorados, por un ratoFueron brillando a lo lejos como la estela de un faro
Fueron gaviotas, volando largo
Fueron sirenas y luces, con sus padres a buscarlos
Jamás volvieron a ser humanos, humanos