Pensando

en

Vengo de correr un rato. Por diversos motivos empecé a correr hace dos años y ahora me lo he puesto como obligación, tengo que reconocer que principalmente estética.

Corro y pienso. Pienso demasiado. Recuerdo, perdono, nunca olvido.

Y ahora, pese a que tengo un par de entradas pendientes en esta bitácora a las que les llevo dando vueltas un par de días, ahora digo, me apetece escribir sobre mí, sobre cómo me siento.

La palabra es catársis: limpieza total. Siento como si un huracán, un tsunami, el miedo, cualquier monstruo hubiese pasado por y sobre mí, me hubiese arrasado, destrozado, vaciado, zarandeado. Me siento maltrecho, despojado de todo, inmensamente vacío, con una sensación de pérdida definitiva inenarrable, irrefutable.

Asumiendo que nada será como antes, que hay cosas que se han perdido y jamás se podrán recuperar, ni siquiera en otra vida. Vacío, pobre y miserable. Asumiéndolo como aquél que lo ha perdido todo y a todos en una catástrofe, natural, humana o divina, y ahora está sólo consigo mismo. Llorando y luchando por empezar de cero otra vez.