¿Glenn Close o Kim Bassinger?

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Kim Bassinger es la pasión, los sueños, la vida fácil y despreocupada, la autocomplacencia. Delirios de juventud, la chica bonita que preconiza «Beautiful Girls». Risas, excesos. Felicidad inmediata de usar y tirar, volver a tener 15 años y el corazón a 200 km/h. Es la música disco, el guateque, la borrachera y las noches toledanas de cerrar los bares y patear las calles en medio de un sueño increíble. La mente vacía, el presente descarnado y lascivo. La city con sus luces de neón.

Glenn Close es la ternura, la amistad, la confidencia. El hombro en el que llorar y la vida echándote el aliento en la espalda. La noche tranquila y la manta en el sofá, tu pasado que te visita cortésmente y se queda a cenar y a conversar. La madurez, el apoyo, el don’t give up, tu puente sobre aguas turbulentas. La granja en el campo y la vida sencilla.

¿Cuál eliges, cuál elijo?

O quizá no todo sea blanco y negro, no sea Bassinger o Close, y haya cien mil colores, (no todos grises, Adivina, no todos grises) en lo que vivir.