…pero no me mires con tus ojos tristes.

en

Hoy es la frase que venía mi mente, una y otra vez. Esta noche, fría en Segorbe pese a la ola de calor, no sé por qué (bueno, sí lo sé pero no lo voy a contar), sólo me apetecía escuchar un directo de Quique González en acústico, acariciando, aterciopelando mi ajado y desfallecido corazón. En buena compañía de corazones solitarios, con frío y melancolía.

Pero esos ojos color de cocacola no estaban hoy para fiestas, no estaba el aire propicio para estampar mejillas. Hoy tenía una amiga triste, que lo pasaba mal por muchas cosas, y mi corazón y mi cabeza se volvían locos preguntándose qué podía hacer.

Y no sé qué hacer, cómo decirle que todo va bien, que todo irá bien, y que volverá a salir el sol. No me cree, nunca me cree.Y esta vez tengo razón. Hazlo por mí.

Y ahora tendré que salir a buscarme alguien que me arranque de cuajo la pena, de alguna manera tendré que olvidarte, tengo que olvidarte de alguna manera…