Los restos del naufragio (versión del director)

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Al fin y al cabo todo se acaba. Estoy tratando con todas mis fuerzas, desde hace tiempo, taponar esta herida que me desangra a chorros y que sin embargo no me mata, y me vacía por dentro como nadie puede imaginar, como nadie quiere imaginar. Durante estos dos meses he tenido una crisis demasiado importante en mi vida, a la vista está en este blog. Una crisis recurrente, que también ocurrió hace tiempo, con menos lastre, con la línea de la sombra aún no cruzada. Entonces cambié mi vida, no sé si en la dirección adecuada, perola cambié.

En los últimos 15 años ha aflorado de vez en cuando algún amago de crisis, pero lo mantuve escondido, incluso para mí. Pero estaba ahí. Por eso esta vez, cuando todo se ha hundido y roto dentro de mí, ha sido tan catastrófico: había demasiado acumulado.

Nunca debí perseguir mis sueños, nunca debí aspirar a más, soñar, vivir. Debí haberme conformado con la tristeza, la mala suerte y la decepción de los que me rodean. Fui un iluso creyendo que podía ser feliz, que podía trazar mi camino, sin las rémoras que me devoran, que iba a encontrar a alguien que a su vez me encontrara a mí. No me resigné a ser uno más en la masa pegajosa que se proclama mundo, a ser un ignorante feliz como todos, y a ver simplemente lo que me devuelve el espejo.

Precisamente ahora mis sueños, cuando parecía que los tenía al alcance de mis dedos, se desvanecieron dejándome como un memo encima de una calabaza. Sólo quería huir; si hace tiempo me gustaba Irlanda o Alaska, ahora echaba de menos perderme en Nueva York para siempre, olvidar de verdad (todo se olvida), olvidar de verdad y empezar de cero en mi cabeza y en mi vida.

Pero todo sale mal. Curiosamente no se puede ganar siempre, pero sí perder siempre, lo que no es lógico. Acabo de asumir que he perdido, que me he perdido, y no quiero que nadie me encuentre, nunca más. Dejadme solo de una puta vez.

A partir de hoy no esperéis nada de mí, a cambio no esperaré nada de vosotros. No puedo luchar contra lo que amo, así que me retiro. Llega un día en que tus sospechas se hacen patentes, en que las rosas están todas vacías, todas sin excepción, y debes armarte de valor para vaciar tu corazón y seguir viviendo. Hoy no queda nada en mi corazón, y si queda algo lo enterraré y lo mataré para que no duela, y seguiré comportándome como esperan los que me quieren: no os decepcionaré.

En septiembre de 2007 cerré mi blog por exactamente los mismos motivos. Ayer casi lo vuelvo a hacer, pero decidí que no vale la pena. Ahora bien, hoy, aquí y ahora, renuncio a toda esperanza de ser feliz. Al parecer, esta renuncia va a hacer feliz a mucha gente, gente que dice que me quiere y que se preocupa. Al único que no va a hacer feliz es a mí, pero qué le voy a hacer, es la historia de mi vida.

Nuestro Capitán General Rafa Magdalena, gracias a vuestros buenos oficios, declara:

  1. que renuncia, aquí y a partir de ahora, a todos sus sueños e ilusiones, comprometiéndose a destruirlos, olvidarlos o desterrarlos para que de ninguna manera, en el tiempo ni en el espacio, puedan volver a interferir con el buen orden y concierto de las cosas.
  2. que renncia totalmente a su vida personal, para el bien común y el propio y para mantener todo aquellos que él tan poco valora y los demás tanto envidian.
  3. que seguirá los dictámenes sociales y culturales convenidos para cumplir lo que de él se espera en esta sociedad y en su entorno, sin destacar ni convertirse en nota discordante.
  4. que todas sus acciones estarán regidas única y exclusivamente por la razón, usando esta para la tomar las decisiones que más beneficien a la sociedad y el entorno, aún en detrimento de la propia persona.
  5. que estas normas se mantendrán vigentes hasta que su comportamiento se haya corregido y enmendado y sea un miembro útil de la sociedad.
  6. que intentará ser feliz en la medida de sus posibilidades, de la forma como los son todas las personas que aceptan estas normas sociales, renuncian a sus sueños y tienen una vida plena, sociable y placentera.
  7. que todos sus objetivos serán, a partir de este momento y hasta el fin de los días que nos son dados, contribuir al bien de la sociedad y del statu quo, a aumentar su prole y su patrimonio personal, a mejorar profesionalmente y a respetar todas las convenciones sociales, familiares y profesionales según las convenciones actuales.
  8. que el incumplimiento de estas normas acarrearán su retorno al lado asocial por el que ahora deambula, perdiendo además todos los bienes materiales y espirituales de los que goza gracias a esa sociedad y situación que tanto desprecia.
  9. que cuando su débil espíritu se vea amenazado por los fantasmas del pasado, recurrirá a vosotros que los guiaréis por el justo y recto camino por donde la mayoría transita.