Hoy mi coche ha alcanzado el número mágico de 100000 km. Ya pasé cuentas hace tiempo de esto, así que no pienso hacerlo. Sólo sé que son muchas horas, mucho tiempo aferrado al volante, riesgo y altura por amor al comercio. Dos vueltas y media al mundo en tres años. Demasiado para muchos, incluso para mí.