En fin. días largos y aciagos, para variar, aunque estos de verdad, los primeros.
Las vacaciones se acercan, sin nada a la vista salvo una negra boca de lobo.
Vacaciones. He hablado con muchos para los que las vacaciones son 7 ó 15 días dando saltos en el espacio y en el tiempo para hacerse el mayor número de fotos en el menor tiempo posible y en el mayor número de lugares. Para ellos, Siena sólo tiene una plaza donde hacen las carreras, Florencia la calle de las tiendas y Santiago sólo tiene la catedral. Yo, por deformación profesional quizá, no me gusta viajar así. En mi casa, cuando era pequeño, nunca se viajó, nunca tuvimos vacaciones. Así que empecé a viajar cuando comencé a trabajar, y luego continué yendo de congresos, trabajo al fin y al cabo. En ambos casos era pasar tres o cinco días en una ciudad, yendo a algún hospital o universidad, saliendo un rato por las tardes o si te pillaba el fin de semana para sacar vuelos baratos. Así vi Santiago, Venecia, Mallorca, Madrid, Barcelona, Badajoz, Zurich, Milán… Podéis ver el mapa del tío Matt el viajero.
No sé por qué, pero para mí no tienen sentido las vacaciones de ver muchas cosas y muchos sitios. Prefiero pasar 3 días en un pueblo o ciudad y sentirme un poco, al final, uno de ellos, acostumbrarme, familiarizarme con los sitios, caras y comercios. Hacer un poco mi casa fuera de ella y saborear rincones, puestas de sol y portales insulsos a los turistas.
No soy un turista, sólo alguien que busca su casa por el mundo.