Me emborraché por ti
y todos me contaron
que te vieron triste.
No soy capaz de hablar,
no cabe en una noche
lo que yo te quise.
Las cosas cambian,
la vida mancha,
cambiando el color.
Anoche me bebí
un litro de mi vida
para ver tus fotos.
Y vi salir el sol
sentada en la azotea
entre cristales rotos.
Las malas rachas
siempre son largas;
yo no puedo más.
Y sigo aquí en Madrid,
buscando alguna excusa
para estar más cerca.
Sin planes, sin saber
qué pasará mañana
si el dolor aprieta.
Llorando por nada,
perdiendo la calma,
viviendo al revés.
Todo lo que quise decir
y todo lo que dejo por ti,
sabes que yo siempre creí
y sabes que te espero en Madrid.
Me emborraché por ti, Rebeca Jiménez