¡Qué días más inciertos, más largos! Como estos días de Jackson Browne, de Enrique Urquijo. Pero ahora sin esperanza, sin un resquicio donde encajar los dedos para agarrarse.
Oí decir, leí una vez que las oraciones eran garfios lanzados al cielo, con la esperanza de que alguno prenda para cuando su hunda el suelo bajo nuestros pies. Yo no creo en Dios, aunque sí en el diablo. Así que no rezo, y voy por ahí intentando preservar sueños, ilusiones, esperanzas para cuando todo se vaya al garete, o se hunda, o salte por los aires, o se anegue, que a fin de cuentas da igual.
Pero en estos días estamos, estoy muy huérfano de sueños, esperanzas e ilusiones. Y el hecho de saberse desnudo emocionalmente cuando esto caiga pesa demasiado. Es difícil encontrar razones todos los días para levantarse y plantarle cara a todo y todos es bastante duro. Queda oficio de tinieblas, guardado en otros tiempos también oscuros, para andar en la oscuridad sin hundirse en el légamo. Algo aprendido hace tanto, tanto tiempo, y que creía olvidado. Manual para hundimientos generalizados, versión 4.0
Pero hay cosas que vienen mal, te quedas sin esperanzas y sólo sabes apretar los dientes, multiplicar la rabia y andar hacia adelante, cerrar sin pensar en mucho más, sabiendo que la mochila guarda recuerdo de las ofensas y el corazón de los amigos, y que la vida es larga y da muchas vueltas, pese a hacerme cada día más viejo.
Con la nueva, ajada y maldita esperanza de que la semilla germine, algún día, estos días, y desenterremos algún sueño, alguna ilusión, alguna esperanza, en la penumbra, con música de Quique González y un para de botellas de Lagavulin, para olvidarse de todo y todos.
Estos días – enrique urquijo y los problemas
These days – jackson browne