No me avergüenzo, ni creo que hay desdoro alguno en ello. A veces uno debe soltar lastre, rendir algunas plazas porque, de lo contrario, le arrastran a la derrota. Tengo que aprender a decir que no. Voy a decir que no a todo y a todos. Ya no llego y debo soltar lastre por un lado, evitar cargar más ya esta mochila que lleva demasiado peso.
Cuanto tiempo haciendo cuentas,
cuantas noches sin dormir
recorriendo días de lluvia,
sin saber donde está el fin.
Oh, no, siempre hay un no.
Ya no es hora para bromas,
ya no hay mucho que arriesgar,
ya está bien de hacer el bobo,
ya no hay que volverse atrás
Oh, no, siempre hay un no.
Ya no queda tiempo para escapar