Segunda estación

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Prosigo, impasible el ademán, intentando llevar adelante este blog cuando todo lo demás se va viniendo abajo o tan sólo es una sombra de lo que dejó de existir hace mucho tiempo. Demasiado peso en la mochila como para seguir adelante, cantando el corazón ligero y alegre.

Hoy me sale la vena reivindicativa. Me sale gracias a unas palabras de Magdalena Álvarez, ministra de fomento, que dice que se mantiene en la poltrona porque Zapatero le da su apoyo. Cojonudo. Tenemos un país y unos políticos acordes con nuestra catadura moral.

Porque no pienso que la ministra debe precisar el apoyo del presidente, sino de los ciudadanos. No creo que la ministra esté al servicio del presidente, sino de España y los españoles, y es a éstos a quienes debiera rendir cuentas. Pero claro, su actitud transmite que los políticos están gobernando por y para ellos mismos. Que Dios, en su infinita bondad y sabiduría, ha creado países para que llos puedan medrar y vivir del cuento mientras los ciudadanos malviven y los bienmantienen.

Nunca saldremos del agujero. Nunca. No al menos hasta que cambiemos de forma de pensar y empecemos a exigirles a ellos lo que debemos exigirnos a nosotros mismos.

Forges, Iberia y la madre que los parió
Forges, Iberia y la madre que los parió

P.D.: Los israelíes deben de leeer poco la Biblia, deben de recordar poco su historia cuando no les conviene. Les interesaba hacer esto mientras Bush aún estuviera en la Casa Blanca.