Escribo poco. Estoy agobiado, abrumado por todo lo que se me viene encima, incluso lo que me echo encima. No sé cómo acabará todo. Bien, espero, pero tengo ganas de que acabe.
Estos días se me pasa por la cabeza irme a vivir a Canadá. Parece un país serio, no como este. Lo único que se salva es la vuelta de Anguita. Lo vi el otro día en la tele. Es un tío inteligente.
Nos vemos.