Estoy empezando a odiar, casi de un modo irracional. Esto me ocurrió cuando la LOU entró, pero ahora, que ciertos hipócritas que se rasgaban las vestiduras y salomónicamente repartían justicia y dolor a partes iguales, esos padres de la patria o del departamento, hablaban con miembros del tribunal y tenían reuniones en despachos, mientras otros ya habíamos sido condenados sin ni siquiera tener opción a defendernos.
Siento rabia. Rabia porque esos hombres buenos y sus acólitos han conculcado cualquiera de los principios con los que han repartido justicia, mientras la justicia no fuera para ellos mismos o los suyos.
Luego vendrán las recriminaciones, cuando sepan que he reclamado, y la falta de compañerismo y todo eso. Pero no me dolerá, porque ya tengo mis motivos para odiarlos, y eso me hace sentirme más fuerte.