Ayer recibí un (amable) correo del centro de cálculo de la UV, pidiendo por favor que retirase cierto contenido que podía tener derechos de autor. Los sabuesos de la SGAE, PROMUSICAE (pongo los nombres para que salgan si hacen búsquedas en www.usaelputogoogle.com) tienen largos tentáculos.
Les dije a los del centro del cálculo la verdad: que son ficheros que tenía en un servidor web no demasiado público para poder cogerlos cuando quiera y decirles a mis amigos qué música me gusta. Obviamente, los retiré: no estoy en posición de enrocarme y defenderme porque no me apoyarían en la UV. Brindarían mi cabeza como ofrenda pública.
Pero esto da pie a que diga lo que pienso de la SGAE. Mi encendida diatriba. Sin respeto, porque ni lo merece ni lo tiene. La SGAE está profundamente equivocada, está causando mucho daño a la sociedad, actuando con criterios puramente egoístas, y demostrando una falta de inteligencia preocupante. Nada que sorprenda en este país, donde hemos conseguido que las personas menos capacitadas nos dirijan. La conjura de los necios.
No sé si la gente de la SGAE sabrá leer, es algo de lo que los hechos me inclinan a dudar. Pero si no saben siempre pueden encontrar a algún amigo (no, esto el difícil), o algún contratado que por un módico precio les lea algún libro decente, siempre que el recitador o rapsoda pague su correspondiente canon por difundir una obra con derechos de autor. Les aconsejo «Mundo digital» de Negroponte. En él, entre muchas otras cosas interesantes que hacen a las personas bien nacidas reflexionar acerca de la vida, el universo y todo lo demás, habla acerca de las SGAEs. Aparte de lo éticamente cuestionable que es cobrar por los derechos de autor, todas esas asociaciones quieren gravar la información, pero cobran por el soporte que la contiene y los gastos que éste genera (papel, cd, distribución, usura…). En el momento en que la información ha dejado de estar ligada a un soporte (algo proedecible si se piensa o se lee) todo su castillo se desmorona ante sus ojos incapaces de restañar tantas vías de agua, incluso con la connivencia de los gobiernos.
Obviamente la SGAE caerá y se levantará, como lo hacen todos los monstruos leviatánicos de las películas. El lado oscuro es poderoso. Volverá a sembrar las tinieblas y a sojuzgar con mano de hierro a toda esta humanidad que Dios puso a servicio de políticos, burócratas, funcionarios, usureros y miembros de la SGAE. Es nuestro deber que en este mundo haya justicia, que no ley, y luchar por imponerla, por sacudirnos del yugo de aquellos empeñados en protegernos de nosotros mismos. Pero donde hay poca justicia es peligroso tener razón.
Brindaré cuando caiga la SGAE, me gustaría que desapareciera con deshonor y llanto y crujir de dientes para sus responsables. Venid a buscarme cuando haya que derribar puertas y poner a salvo a los autores de aquellos que dicen protegerles.
PD. Si alguien tiene música bajo licencia CC, que me la pase y la pondremos, sólo para que la SGAE tire espuma por la boca. (http://xera.com.es/howto.php)