En la línea de flotación

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Un miércoles que es lunes y es viernes, un día más en que lo inesperado te hace madrugar y renegar una vez más. Aunque eso no es lo hoy me preocupa.
Creo que ya comenté que me había acreditado en todo lo habido para ser profesor de universidad, y ahora había que esperar al año que viene en que pediría mi ascenso a contratado doctor. El viernes por la tarde leí el borrador de la nueva LOU que quiere hacer el PSOE. Desaparece el contratado doctor. Lo que yo tengo es papel mojado.
Papel mojado que encima se convierte en lastre y te sumerje, ya que se acaba mi máximo tiempo de contrato y nadie sabe qué tipo de plazas van a salir ni qué narices van a exigir a las mismas.
Lo mío es de película. Cada vez que voy a llegar a la meta veo como la pancarta empieza a moverse y se aleja. Cada vez que supero los 12 trabajos de Hércules o las 12 pruebas de Asterix me dicen que no valen, que borrón y cuenta nueva y a ver qué hacemos ahora. Llevo dos cambios de ley que han tirado por tierra todo lo que he hecho, poco o mucho, en los últimos 8 años.
No es de recibo. Llevan cambiando las reglas del juego a su antojo mientras soy marioneta del destino, de los políticos o del azar. Estoy muy harto de tanta injusticia. De que esta universidad, por mezquindad, no hiciera lo que debió hacer en el momento adecuado, que siga sin hacer aun ahora.
Ya no sé qué hacer. Se me acaba el plazo y encima no sé ni a qué puedo optar, lo que va a sacar esta ley al mercado. Otra vez a reforzar la trinchera porque esto no va a hacer sino empeorar. Estoy empezando a cansarme.
He tendo mucha suerte en la vida: nada me ha sido fácil. Pero a este paso prefiero dejar de tener tanta suerte.