Odio a los perros

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En realidad no les odio directamente a ellos sino a sus dueños. Aunque no me gustan los animales. Mis animales favoritos son la ternera, el solomillo de cerdo, el cordero, el pollo y el conejo.
Yo no sé si es aberración, o mi infancia en el campo, donde los animales y las personas tenían sitios y funciones diferentes, perfectamente delimitados. No comprendo a esas personas que son capaces de defender a toda costa los derechos de un animal y que odian a sus semejantes y no tienen en cuenta ninguno de sus derechos. Los veo paseando los perros, alimentando a los gatos y admirando a todos los animales en la gran ciudad o en granjas escuela. Me dan ganas de vomitar. Me dan ganas de meterlos a todos ellos en una granja de campo y obligarles a vivir la vida de verdad que circula por allí. Es muy bonito ver los toros desde la barrera y opinar. Son como los eunucos de un harén: saben lo que se hace porque lo han visto mil veces, pero son incapaces de hacerlo.

No vayan a pensar que odio y maltrato a los animales. Salvo a los gatos, a los que odio de manera atávia y mortal, al resto de animales los admiro y los respeto, y les otorgo el lugar que creo que merecen.

Pero odio a los que dicen que les gustan los animales.