Hoy empieza la última semana antes de agosto. Un mes de vacaciones por delante que traerá, cómo no, más trabajo.
Empiezo a tener ganas de escaparme de la tiranía de ese pequeño sádico que es el despertador. Ya sé, suele ocurrir que los veranos acabo trabajando tanto o más que el resto del año. Pero lo hago, lo haré a gusto. No habrá vacaciones por Europa, aunque sí por España (África). Pero no va a ser tan malo, espero.
El aviso es que este mes de agosto la bitácora va a estar huérfana de entradas, Pero no por eso habremos dejado de pelear. Simplemente estará cerrado por vacaciones.