Un día de locos, unas sensaciones de que voy a tener que sacar mi lado salvaje, y no entré en esta aventura para rodar Apocalypse Now y oler a napalm por las mañanas. De hecho viene a demostrar que se podía conquistar Moscú con vino y rosas. Sigo sin encontrar el punto, aunque pienso que debía haberlo asumido desde el principio. Hoy no tengo el cuerpo para escribir. Ni la cabeza. Y ya te has ido.