2014 será el puto año. No sé si como lo fue 1997, o como fue 2001. O distinto a todo y a la vez igual, con luces y sombras. Pero va a pasar algo. Tiene que pasar algo. Tiene que ser el año del milenio, el puto año. Aún así, pese a todo, queda oficio y coraje para dar la cara una vez más, como siempre y como nunca, y demostrar que había en mí más de lo que parecía.
Quizá, por decir algo, por hacer algo, sería un buen momento para la épica.
Yo podía haber sido una leyenda, o una epopeya de habernos juntado varios.