Hace mucho, mucho tiempo, en una galaxia lejana, escribí un post en el recomendaba 10 canciones que reflejaban mi estado en aquel momento. Una buena idea que instauro, a partir de ahora, con las 10 canciones de 2010.
Diez canciones otra vez para escuchar en la habitación de un hotel, una noche fría en Berlín. Con dos botellas de Lagavulin y el resplandor de una película de Capra iluminando la espalda de una mujer, sentados en la alfombra. Cuando todo está por decidir y el futuro se abre como un pavo real que no llegará a la siguiente aurora…
El orden es irrelevante, como la vida.
- «Me emborraché por ti», de Rebeca Jiménez. Me enamoré de ella cuando la oí, de su voz, de su vida, de su corazón roto que pide a gritos una tercera oportunidad. Cualquiera de sus canciones se te clava en el corazón, y pese a todo la oyes como una adicción que no puedes frenar. Toda Rebeca Jiménez sirve para emoborracharse junto a una mujer desnuda y en lo oscuro.
- «Me equivocaría otra vez», de Fito y los Fitipaldis. Mi declaración vital cantada en cuatro minutos.
- «El blues del pescador», versión de Celtas Cortos. ¿Quién no ha soñado, desde que los Waterboys la cantaron por primera vez, ser el pescador solitario que contiene, como un modesto atlas, al mundo que se cierne feroz sobre la humanidad despreocupada?
- «Chicago», con Christina Rosenvinge y Vetusta Morla. La voz aterciopelada de Christina; daría la vida porque me cantara «Alguien que cuide de mí» o «Mil pedazos». Pero lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible.
- «New Slangs», de The Shins. La dosis de esperanza en una noche tétrica, cuando vuelves a llenar los dos vasos de la céltica ambrosía. La encontré en la banda sonora de «Garden State«, una BSO de culto. La pelicula, una rayada de culto.
- «Reina de la noche», versión de Rebeca Jiménez del clásico de Miguel Ríos. Cómo no amar esta canción y esta voz y esta mujer.
- «While you were sleeping», de Elvis Perkins. Inconmensurable.
- «Cuando estés en vena» de Quique González. Cómo no, no podía. Todo Quique González ya abre la hora más canalla del hotel, cuando los labios buscan su respuesta y la moche se cae sobre todo lo que existe.
- «Calypso» de Suzzane Vega. Cuando la música se hace arte para no morir de frío.
- «Copenhague», de Vetusta Morla. Uno de mis últimos descubrimientos. El indie ha hecho mella en mí.
Así que con la tristeza que me caracteriza, invito a una mujer de belleza y lealtad incomparables a una fría, gris ciudad europea, donde la tristeza y el olvido nos arrinconen, y el Lagavulin y la música nos haga rendirnos a la vida y abandonar toda esperanza. Enviar el Curriculum Somni, Curriculum Spei o petición equivalente a olvidatedelmundo@rafaelmagdalena.com . Sólo corazones rotos y hastiados de la vida. Prometo contestar.
Ahora, en esta misma hora, me voy a cumplir con la tradición del whisky en la trinchera los viernes por la tarde.
Nos vemos.