Dudas razonables

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Son días de cansancio extremo, yo no sé si es el calor o qué será. Mi cerebro está abotargado, inerme, sin fuerzas para crear entradas en esta cruel bitácora que todos los días me reclama sustento.
He llegado esta mañana, pronto, y el buzón de correo electrónico guardaba mensajes que han sembrado mi cabeza de dudas. Vuelvo, cómo no, al asunto de los ayudantes.
Ahora están escandalizados y pensando en tomar medidas drásticas. Yo no los apoyo, y les he expresado mi oposición públicamente. A veces dudo de si haré bien, porque sus reivindicaciones me benefician directamente (al menos eso quiero creer). Pero sigo advirtiendo en ellos esa cortedad de miras, esa falta de decisión, de arrojo, de cojones. Por poner un ejemplo, los Ramón y Cajal de esta ínclita UV se han quejado y han salido en tres periódicos, fotos incluidas.
Aún no lo han entendido. Todavía somos un problema interno, y el rector lo mantiene así, sin que trascienda a la prensa. Esto desembocará en una purga, ya que arrieros somos y en el camino nos encontraremos.

Ahora hasta hay visionarios pidiendo contactos para ver si publican algo en los periódicos. Bravo muchachos, España está a salvo en vuentras manos.

Yo abandoné toda esperanza, que no toda lucha, hace tres años. Traición, defección, venta… Todo eso lo sufrimos en el pasado. Y aún así, hay gente empeñada en no mirar hacia atrás.

Hay que romperle la cabeza al mono de Cortázar, a ver si os enteráis. Mermaos.