Ya sé que hablo sin objetividad; que considero que Reverte es uno de esos que se viste por los pies y que es uno de los que se puede tener al lado cuando algo se tuerce (no quieroconocerlo para poder mantener esa idea). Y cuando leo alguno de sus artículos inspirados, cada vez menos, no sé si porque se hace viejo o está hasta el gorro de todo y de todos, no puedo sino reconocer lo que dice, esa verdad descarnada de este triste país en el que malvivimos. Todo el rencor y la malicia que tres milenios nos han perfundido en los genes y que, por mucha tele y mucha corrección política, está ahí a las primeras de cambio.
Mi sentido común me dice que no podemos llegar lejos; que esto no funciona y no puede seguir así. Como contradcción, los tres mil años de historia me sacan la lengua.
No sé, igual valdría la pena quedarme a vivir en USA. Están, a su manera, igual de locos o cuerdos que nosotros. Pero esto funciona, para bien y para mal.