La vida es muy fácil, por lo que no entiendo esta manía que tenemos la gente de complicarla. Quizá el secreto está en no desear demasiado, no preguntarse nada y satisfacer esos pequeños placeres que nos evitan el pensar. Si hiciéremos eso, si no pensáramos, nuestra vida sería dichosa. ¡Cómo envidio yo a ciertas personas que son felices!
Así que nos la complicamos: ansiamos dinero, poder, amor, bienes, y complicamos todo, entorpeciendo un camino que estaba expedito al principio.
Así que dejemos de pensar. ¿O no?
P.D.: En cuanto no hablo de mí, ya no sé qué escribir.