Como si la vida quisiera reírse de mí, como si las segundas oportunidades sí existieran, de nuevo tengo conciertos de Quique González en Barcelona a los que, esta vez, no pienso fallar. Pequeños problemas, pequeños inconvenientes, pequeñas heridas que la vida ha abierto y no cierran, pese a todo y a todos. Esta vez estoy solo para ir al concierto, estaré solo, muy solo. No hay nadie que a mi corazón, ya muerto y ajado, acompañe.