Acabo de dejar Valkeakoski, Tampere, Finlandia. Gente excelente que nos ha tratado como reyes, ya pondré las fotos.
Ahora estoy en Oslo-Rygge esperando el último vuelo que me devuelve a donde habita mi olvido habitualmente. Cansado, sin dormir, amigo de mis pesadillas y mis reflexiones en ese día ártico que no se acaba nunca.
No sé si tengo ganas de volver, realmente no tengo ganas de nada.
P.D.: Aquí, en Norway, ¡las tías SÍ están buenas!